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Grima

  • Foto del escritor: Daniel Raya
    Daniel Raya
  • 13 nov 2020
  • 2 Min. de lectura

John Arcudi y Jonathan Case nos cuentan una historia sobre el detective Oxel, que tiene que investigar la muerte del hijo de un antiguo amor, la cual no se acaba de creer que fuese un suicidio.

Grima trata sobre un detective privado llamado Oxel que sufre de acromegalia. Esta es una condición en la que la glándula pituitaria produce demasiada hormona del crecimiento y causa desfiguración. En el caso de Oxel, su rostro se ha agrandado.


No siempre lució así. No siempre sudaba tanto ni sufría estos dolores de cabeza. Oxel Karnhus caminó del brazo con la glamorosa Stephanie Brinke por un campus de la NYU. Se separaron, como suelen hacer los jóvenes amantes. Nada extraño en eso. Luego, su glándula pituitaria se volvió loca y lo mutó con un desbordamiento de la hormona del crecimiento humano. Ahora se ve así. Suda así. Duele así.


Un día, recibe una carta de su antiguo amor universitario diciéndole que su hijo adolescente acaba de suicidarse, inmediatamente después de que su mejor amigo hiciera lo mismo, la policía local no ve un misterio aquí, pero una madre lo sabe y quiere que Oxel se dé cuenta de lo que sucedió realmente.


Esta es una historia realmente triste, continuamente nos encontramos con un ambiente deprimente y unos personajes que respiran depresión y dolor. El propio Oxel es un protagonista atípico, no se quiere enfrentar a los problemas, decide esquivar las situaciones que se le presentan, ya sean del caso o las que se crean por su físico. Tampoco es especialmente brillante, pero sabe sacar provecho de sus puntos fuertes como detective.


En cuanto al guion en si, Arcudi sutilmente nos va colando pequeños tips para que nos hagamos una idea de lo que va a pasar, pistas falsas que al final hace que no sepamos por donde van a venir los tiros. Y aunque la historia no nos vaya a ser una que revolucione el estilo noir, cumple con lo que se espera de un cómic de este estilo, suspense y ambientación muy buenos, pero nos hemos quedado con el regusto de que cuando más interesante se ponía la historia, se termina.

El arte de Case, es sobre todo inteligente, con un estilo que está lejos de ser realista, define muy bien casi todos los personajes, alejando a Oxel del resto por su afección. Representado de tal forma que se aprecia los problemas físicos que tiene, pero sin llegar a ser exagerados, la enfermedad más que ser algo que sume a la historia, define el carácter del personaje.

Estamos ante un título que para los amantes del género les va a resultar interesante, aunque seguramente no será el primer título que le recomendarían a alguien sobre este género. Las expectativas que nos marcamos al leer la sinopsis eran altas, aunque el ambiente y el aire que desprende es de lo mejor que hemos visto.








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